Se dio el tercer y último paso de la primera etapa y nuevamente la selección ganó. Un 2 a 0 para no dejar dudas. Para demostrar que el equipo está sólido, aún cuando no juegan todos sus titulares y se les da la oportunidad a otros jugadores para demostrar que en caso de necesitar de ellos, estarán a la altura de las circunstancias.
Bien los dos laterales, Otamendi y Clemente estuvieron a la altura de las circunstancias, marcaron, jugaron y se fueron al ataque. Impecable los centrales, criterioso Bolatti con el balón, Verón manejó los tiempos, Messi estuvo intratable aún cuando no se le da el gol y bien Pastore cuando ingresó, ya que fue importante en la creación.
Flojo lo de Agüero, perdiendose un par de situaciones claras de gol, Milito no tuvo la contundencia de otros partidos aunque fue importante con la pelota en los pies y la frutilla del postre: Palermo anotando el segundo gol de la Argentina y escribiendo un nuevo capítulo en la película de su increíble vida.
Fue un triunfo por 2 a 0 que no solo sirve para terminar primeros en el grupo y con puntaje ideal. También para ver el nivel de los demás integrantes de este plantel y demostrarle a Diego que hay jugadores, talento y hambre de gloria para ser campeones...
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